A nivel mundial, mueren 2.8 millones de personas al año por causas relacionadas a la obesidad y el sobrepeso, considerada una epidemia con cifras alarmantes.
A nivel mundial, mueren 2.8 millones de personas al año por causas relacionadas a la obesidad y el sobrepeso, considerada una epidemia con cifras alarmantes.
Mientras que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia o Unicef, ha reportado que uno de cada tres niños de 6 a 11 años en México presenta sobrepeso y obesidad, se hace más notoria la importancia de crear hábitos que los pequeños adopten para su beneficio a largo plazo.
Si consideramos que se trata de los primeros años de la vida en los que se crean hábitos y se construye una concepción del mundo, nos queda claro que estos niños comen lo que está a su alcance sin oportunidad de reflexionar sobre la falta de hábitos saludables como una mejor alimentación o la importancia de la actividad física, que a la larga desencadenan en problemáticas de salud relacionadas al aumento de colesterol y el desarrollo de diabetes tipo dos, así como de discapacidad y el aumento de la probabilidad de muerte prematura.
Obesidad mundial y sus complicaciones
Actualmente, más del 57% de la población mundial presenta sobrepeso y obesidad, enfermedad que no distingue clases sociales, e incluso se trata de un problema de salud ligado a cardiopatías y ciertos tipos de cáncer en ambos sexos. Sin embargo, todo esto podría controlarse si aprendiéramos a tener equilibrio entre los que comemos y el número de calorías que gastamos en nuestras actividades cotidianas; por ello, es necesario realizar actividades físicas que equilibren de forma adecuada la ingesta calórica que tenemos y a su vez, que los alimentos que ingerimos sean adecuados para saciar nuestra hambre sin crear reservas calóricas que se conviertan en excesos para el cuerpo.
¿Cómo prevenirla?
Algunas de las recomendaciones para prevenir la obesidad consisten en reducir la ingesta de grasas saturadas y cambiarlas por insaturadas, sin que esto implique poder excederse en su consumo. Del mismo modo, aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos al mismo tiempo que se reduce el uso de sal y azúcar. En cuanto a la actividad física, bastan 30 minutos diarios o 150 minutos a la semana para hacer una gran diferencia en cuanto a los riesgos que la obesidad representa. Procuremos vigilar nuestro peso y establecer hábitos que nos permitan disfrutar la vida de forma saludable.